La sostenibilidad en la construcción es una prioridad global. Para reducir el impacto ambiental, cada vez más proyectos incorporan materiales reciclados y tecnologías ecológicas. Ejemplos incluyen el uso de hormigón permeable, paneles solares integrados y estructuras de madera laminada.
Los métodos de construcción sostenible, como la arquitectura bioclimática y el diseño de edificios de energía cero, también están en auge. Estos enfoques permiten maximizar la eficiencia energética y minimizar la huella de carbono de las infraestructuras modernas.
Otro aspecto relevante en la infraestructura sostenible es la optimización del consumo de agua mediante sistemas de captación de lluvia y tratamiento de aguas grises. Además, el uso de vegetación en azoteas y fachadas ayuda a mejorar el aislamiento térmico y reducir el efecto isla de calor en zonas urbanas.
El uso de certificaciones ambientales como LEED o BREEAM es cada vez más común en grandes proyectos, ya que garantizan el cumplimiento de estándares ecológicos y aumentan el valor de la propiedad. La inversión en tecnologías sostenibles también puede generar ahorros a largo plazo en costos operativos.